viernes, 23 de diciembre de 2011

A la espera de un milagro en Navidad

Una joven madre milagreña vive diariamente un drama para luchar contra las tres enfermedades congénitas de su pequeño hijo, pese a la falta de recursos económicos y sin el apoyo de su pareja. En víspera de Nochebuena, espera la atención y la ayuda de la sociedad.


"El regalo más grande que puedo pedir en Navidad es que Dios bendiga a mi pequeño Matías y me permita seguir luchando con el objetivo de conseguir los tratamientos que necesita para sobrellevar sus enfermedades". Ese es el deseo de Diana Paguay Balladares, una joven madre de 20 años que se encontró con la necesidad de abandonar su natal Milagro y trasladarse hasta Guayaquil en busca de una ayuda, como lo hacen muchas madres de nuestro país para mejorar las condiciones de sus hijos con capacidades diferentes.

En su corta edad, 14 meses, Matías no alcanza a comprender el porqué de sus dos dolorosas operaciones y tratamientos médicos que semanalmente debe enfrentar, pues sufre tres enfermedades congénitas que retrasan su normal desarrollo. Cuando su madre estaba en etapa de gestación, una ecografía reveló que su hijo vendría con hidrocefalia. Este es un trastorno que genera acumulación excesiva de líquido en el cerebro. Para entonces, Diana no podía aceptar que aquel diagnóstico médico fuera real, por lo que buscó otras opiniones clínicas; lamentablemente, todas coincidieron en la respuesta.

Pero los médicos le darían otra inesperada noticia: la criatura tenía Mielomeningocele o también conocida como Espina bífida, una enfermedad que impide al conducto raquídeo de la columna cerrarse por completo antes del nacimiento. Esta se convertiría en una de las primeras marcas de Matías, pues al día de nacido fue operado de la columna para mejorar su condición. Sin embargo, no tuvo el efecto esperado: el pequeño sigue presentando un diagnóstico complejo, pues esta complicación impide la sensibilidad en sus piernas. Además, no le permite controlar sus esfínteres (músculo regulador de la orina), por lo cual su madre debe tenerlo siempre con pañal y cargarlo en sus brazos.Y como si el destino le tuviera una dura lección, Matías padece de pie equinovaro, conocido también como pie chueco.

Búsqueda de ayuda

Todo este cuadro médico motivó a Diana a buscar la ayuda de la Misión Solidaria Manuela Espejo, que ha mejorado la vida de 294.000 ecuatorianos que padecen de alguna discapacidad. Pero, curiosamente, este programa no ha podido acogerla. Según la madre, uno de los requisitos del programa es que debía llevar a su niño a un hospital público. Ella asegura que fue al Francisco de Ycaza Bustamante en julio del presente año y le habían dado la primera cita en neurología para enero de 2012. Y que no pudo esperar...

Más Información: http://bit.ly/uzf6pV

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